Otoño… Con el cambio de estación, llega el temido momento de hacer el cambio de armario. Y digo temido porque ves la cantidad de ropa que tienes. La cantidad de ropa que tienes y no has usado, que temporada tras temporada su único desfile se limita a la salida de la caja hasta la percha y vuelta a la caja. Cada año te repites lo mismo, “¡este año hago selección!”, pero después te da tanta pena… Este año es el definitivo. Lo primero de todo, ¡cajas nuevas! Si queremos hacer un buen cambio hay que empezar por lo principal, la ropa vieja va ligada a las cajas viejas. El cambio de armario no será lo mismo con unas buenas cajas nuevas.
Y digo temido porque temporada tras temporada, va entrando ropa en el armario, pero no sale nada. Te das cuenta que no has usado algo, ¡porque ni lo veías! Este año es el definitivo. Toca renovar cajas. Un buen set de cajas, todas a juego o combinadas… Deshazte del popurrí al que has llegado sin darte cuenta… Adéntrate en la nueva estación, contenta por haber cerrado la temporada de calor con nota, y no cualquier nota, ¡con matrícula de honor! Lo más importante es acertar con el tamaño de las cajas… que quepan bien en el altillo, que no sean muy grandes porque entonces no hay quien las mueva y que no sean muy pequeñas ya que entonces no te cabrá nada.
No lo dudes y hazte ¡unas cajas a medida! Desde una única unidad y eligiendo hasta el estampado del exterior e interior: lisa, rayada, floreada, a juego con habitación…
No nos podemos olvidar de los más pequeños… Su ropa tiene que quedar guardada, y bien guardada.
Aquí te dejo con una pequeña muestra de cajas que te pueden servir de inspiración.
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